Breve Biografía del Padre Rutilio Grande

Uno de los sacerdotes católicos más emblemáticos de El Salvador, que ejerció su ministerio en el siglo pasado, mártir por el ejercicio concreto de la Fe, la Justicia y defensa de los desposeídos, fue el Padre Rutilio Grande. Este inolvidable personaje nació en El Paisnal, el 5 de julio de 1928. Sus padres fueron Salvador Grande y Cristina García (ella falleció cuando Rutilio tenía 4 años de edad). Se dice que Rutilio, adolescente, guardó amistad con Monseñor Luis Chávez y González, entonces Arzobispo de San Salvador. Sus estudios primarios los realizó en una escuela de El Paisnal. Posteriormente, un 8 de mayo de 1940 el futuro Padre Grande escribió una carta a Monseñor Chávez y González para comunicarle su decisión de hacerse sacerdote. Monseñor le respondió que se preparara más, “sobre todo en Aritmética y Gramática”. Así, en 1941 ingresó al seminario en San Salvador. Luego, en  septiembre de 1945, se hizo miembro de la Compañía de Jesús (Jesuitas), en Venezuela. Su preparación la realizó en diversas instituciones en Quito (Ecuador), Colegio “Javier” (Panamá), Seminario (San Salvador), estudios filosóficos y teológicos en Oña (España), hasta su ordenación sacerdotal en julio de 1959, siempre en Oña. Su formación académica fue excelente y profunda, pues continuó estudios en Lumen Vitae, en Bruselas (Bélgica). Además, fue un maestro innovador de los sistemas tradicionales de impartir clases. Fue un hombre especial, al que le gustaba superar retos. Aguilares tuvo el privilegio de que estuviera en su parroquia desde septiembre de 1972. Lamentablemente, la verdad que predicaba molestó a quienes en esos momentos detentaban el poder político y económico, y por eso fue condenado a una cobarde muerte que le dieron miembros de los fatídicos y mal recordados cuerpos de seguridad. Al atravesar unos cañales, fueron emboscados y asesinados. Este hecho trágico y negro sucedió la tarde del sábado 12 de marzo de 1977. El Padre Grande iba en su pequeño vehículo a presidir la Santa Misa en El Paisnal. Lo acompañaban dos campesinos: Manuel Solórzano (72 años) y Nelson Rutilio Lemus (16 años), además de dos niñitos a quienes los asesinos les respetaron la vida. Quienes pensaron que al matar al Padre Grande silenciarían su voz se equivocaron totalmente, puesto que al momento presente las homilías y el recuerdo de la actividad del Padre Rutilio Grande continúan siendo actuales, y siguen siendo luz en el pensamiento de todos aquellos que sinceramente buscan el bienestar humano y la superación de los pueblos.